Pocas unidades disponibles
“Desde la época más lejana hasta nuestros días, ninguna sociedad ha alcanzado el grado de indignidad y de abyección evidenciado por una civilización agro-mercantil que se considera, desde hace diez mil años, la Civilización por excelencia (…) Es innegable que hemos heredado un instinto de depredación y un instinto de ayuda mutua. Ambos constituyen nuestra parte2de animalidad residual. Pero mientras que la conciencia de una solidaridad fusional favorecía nuestra progresiva humanización, la agresividad depredadora desarrollaba en nosotros una tendencia a la autodestrucción. ¿Es tan difícil de comprender?”