<Ninguno de los proyectos políticos contemplaba en un principio al fútbol entre las opciones recomendadas a seguir por los obreros. El fútbol era calificado por los anarquistas como un vicio burgués más, actividad de escaso aporte para la emancipación de los obreros, pues en vez de llevar al obrero a la toma de conciencia, a la reflexión respecto de su precaria situación, a su autoeducación, le desviaba de este camino, llevándole por la senda de la distracción sin contenido, restando con ello fuerzas a la organización de resistencia".>>
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